Investigación.
El libro ‘Superficiales’, de Nicholas Carr, defiende que la tecnología promueve la lectura frívola, aunque otros expertos lo niegan

Como el propio autor reconoció a un amigo, su estilo se había hecho más telegráfico y, como si el hierro de las teclas se hubiera colado en la mente del escritor, más contundente y duro. La tecnología estaba modulando su mensaje, al estilo del aforismo de Marshall McLuhan de que el medio es el mensaje. Un siglo después, internet parece estar haciendo lo mismo, esta vez a millones de personas. Pero el resultado no está siendo tan fructífero. Según el estadounidense Nicholas Carr, el sinfín de estímulos que llegan al cerebro desde la red nos está haciendo unos superficiales.
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