Según un estudio publicado en el Journal de la Royal Society, las redes sociales son la principal fuente de información que nos permite saber de nuestros conocidos. Leer los artículos publicados por nuestros contactos nos hace estar al tanto de lo que ocurre, pero no contribuye a agudizar nuestro intelecto, ya que la sobreinformación a la que nos exponemos a través de las redes disminuye nuestra concentración, contemplación y reflexión.
Para llegar a esta sorprendente conclusión, los científicos hicieron entrevistas a 100 universitarios divididos en cinco grupos que utilizaban redes sociales diferentes y asignadas al azar. La mitad de ellos estaban conectados con todos los demás, mientras que la otra no tenían ningún tipo de conexión entre sí. Los resultados mostraron que los primeros eran más propensos a reproducir las respuestas correctas de sus contactos que a razonar las suyas propias. Las redes sociales les ayudaban a elegir mejores respuestas, pero no a aplicar su propio razonamiento.
Al final, este estudio demuestra que en las redes sociales tenemos tendencia a copiar, lo que hace que parezcamos más inteligentes cuando en realidad cada vez pensamos menos.
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